Yo, Perro Viejo

por James Woods

autor James Woods

En este post citaremos a James Woods. James Woods Fue criado en la fe católica de su madre irlandesa-estadounidense, creció en Warwick, Rhode Island, donde estudió en el colegio «Pilgrim High School». James Woods fue aceptado para ingresar a la Academia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos con la intención de convertirse en un piloto de guerra. Desafortunadamente, varias semanas antes de partir, James Woods sufrió un accidente con un vidrio que le lesionó los tendones de una mano, y por ello su aceptación fue rechazada.

James Woods entonces decidió estudiar en el MIT, donde estudió ciencias políticas (aunque originalmente quería estudiar para ser cirujano), pero abandonó la carrera en 1969 justo antes de su graduación para buscar una carrera en la actuación. James Woods se dirigió a la Ciudad de Nueva York, llamando a su madre para contarle sus nuevos planes. Aunque su madre no estaba entusiasmada por estas noticias, le dio su bendición. James Woods obtuvo una puntuación de 1580 en sus pruebas de acceso a la universidad, incluyendo una nota perfecta (800) en la prueba verbal.

“A perro viejo, no hay quien le enseñe trucos nuevos” dice el refrán.

Yo digo que eso depende del perro.

Soy un perro viejo que sigue aprendiendo trucos nuevos. Si no, profesionalmente hablando, habría pasado a un segundo o tercer nivel, hace ya mucho tiempo. O sencillamente haberme dedicado a otra cosa…. Pero sigo aquí, en la brecha y a veces caminando sobre el filo del abismo poniendo en riesgo mi reputación como profesional. La diferencia es que no lo hago sin conciencia sino con conocimiento. Claro que me equivoco, pero sé que es parte del aprendizaje. Así que no tengo miedo de aprender de mis errores. Y tenerlos los tengo. Creo que incluso más que los demás. Lo único es que hace mucho tiempo me di cuenta que no debo fiarme de mí mismo y por eso compruebo lo que hago constantemente. Y pillo muchísimas pifias mías. Visto por los demás, esto hace que parezca que casi nunca me equivoco…. Que bien.

¿Porque os cuento todo eso?

Porque creo firmemente en la educación continua constante como el fundamento para no caer en la peor lacra de nuestra profesión: el estancamiento profesional.

¿Qué es eso del estancamiento profesional? Algunos síntomas de su aparición son:

  • La falta de motivación
    • La pérdida del interés en nuestro trabajo
    • Dejamos de disfrutar de lo que hacemos.
    • Nos da igual cómo sale el bolo, la instalación o lo que sea
      • Por lo tanto no sale tan bien como antes
        • buscamos cualquier excusa para echar la culpa a otro e incluso al equipo
          • (Fucking digital consoles!)
    • No tenemos ganas de aprender cosas nuevas
      • Nos molesta tener que aprender a manejar una nueva mesa digital,
        • Cuando la que usábamos funcionaba más o menos bien
        • O cuando los analógicas de antaño sonaban tan bien
      • Miramos con desconfianza a los sistemas modernos de transporte de señales digitales
      • No entendemos cómo funciona una red informática, que nos podría parecer lo más negro de la magia negra.
  • El miedo al cambio
    • Lo digital frente al analógico
    • El video si somos de audio y sonido
    • El audio y sonido si somos de video
    • La iluminación si no somos de iluminación
    • El control de todo el cotarro.
  • El miedo a que nos suplante en nuestro trabajo otra persona

Para mí, el estancamiento suele aparecer cuando uno lleva mucho tiempo haciendo siempre lo mismo. El trabajo cambia de ser una vocación, a simplemente ser un curro que nos gustó mucho cuando empezamos pero, con los años, su encanto ha ido mermando en intensidad, hasta convertirse en un trabajo puro y duro…. Preferimos estar en otro lugar, haciendo otra cosa.

Yo he tenido suerte. He trabajado en muchas empresas y colaborado con mucha gente. Antes eso era inestabilidad en el trabajo, el no saber dónde iba a estar trabajando el mes que viene. Hoy en día se llama movilidad laboral. Da igual cómo se llame porque es lo mismo. Para evitar el estancamiento laboral, la cuestión no es tener un trabajo fijo para siempre (haciendo siempre lo mismo) sino aprovechar las oportunidades que nos brinda la vida para poder evolucionar profesionalmente, reciclándonos con tareas nuevas que reflejen la progresión natural de nuestra vida (personal, profesional y laboral). La variedad en el trabajo es bueno.

En mi caso, uno de los motores de cambio ha sido el de aprovechar cada ocasión posible para realizar un curso nuevo de algo. Incluso pagándolo yo mismo, de mi bolsillo, que no es hondo. Lo digo así porque si uno no tiene la inquietud de buscar mejorarse o aprender cosas nuevas no va a ir a ninguna parte. En mi experiencia, los cursos dónde asistí por cuenta de una empresa fueron solo porque el fabricante obligaba a  la empresa a enviar alguien. Si no, podría perder la distribución de la marca. La actitud de muchos empresarios es no invertir en formación para su personal porque piensan que van a adquirir unos conocimientos a costa de la empresa, y que se los van a llevar cuando se vayan. Es un argumento válido, pero fallido. El empresario ha de hacer más interesante que los buenos empleados se queden, haciendo que la empresa sea un lugar donde el trabajador puede progresar y desarrollar su vida profesional como su vida personal. Esto es la mejor baza para que una empresa pueda retener al personal más cualificado y valioso. Si no es así, la empresa merece que su personal se vaya a buscar una vida mejor a otra parte. Lástima que esta mentalidad no es normal, cuando debería serlo (a mi juicio). Las empresas no son equipos y cosas, sino personas con una colección de habilidades que resuelven problemas o proporionan servicios necesitados por los clientes.

El estancamiento profesional se puede evitar, haciendo a uno sentirse útil y no simplemente cómo una máquina humana. A las maquinas se las programa las tareas que deben repetir una y otra vez hasta el aburrimiento. No se necesita que piensen, solo seguir las órdenes dadas.  Pero alguien tiene que pensar, si no ¿quién programa a las máquinas? Para ser ese alguien, es necesario estar preparado y la mejor manera de prepararse es la formación. La formación nos abre la mente a nuevas posibilidades.

Si uno está empezando a moverse en el gremio audiovisual y del audio y sonido, que combina conocimientos de distintos sectores como video, luz, sonido, control, informática, de telecomunicaciones y la ergonomía… entre otros, uno hasta ahora no lo tenía fácil. Esto es debido a que en España no existe la enseñanza reglada del sector audiovisual. De hecho, casi todos nosotros nos hemos formado en un gremio afín (video, audio y sonido, telecomunicaciones, electricidad, etc.) pero sin ningún conocimiento de los demás sectores. Hemos ido aprendiendo sobre la marcha, buscando complementar nuestros conocimientos y rellenado las lagunas. Los propios cursos de los fabricantes de equipos son una fuente importantísima de conocimiento, pero no es suficiente.

Por fortuna, existe una manera de adquirir conocimientos genéricos audiovisuales directamente del propio sector, sin ser específicamente de una marca tal o un modelo cual. Me refiero a la asociación empresarial internacional InfoComm. Esta asociación, de origen norteamericano, se dedica, entre otras cosas, a dar formación específica para el sector. Ofrece muchísimos cursos presenciales y online a socios y no socios. Fomenta el uso de estándares en las instalaciones audiovisuales y creó certificaciones profesionales, de los cuales varios han sido aprobados como normas ANSI o ISO.

InfoComm es muy conocido a nivel empresarial, ya que aparte de las ferias de InfoComm en Estados Unidos promueve otras ferias, como Integrated Systems Europe (ISE) que se celebra en Amsterdam. Sin embargo, a nivel de técnicos en España, InfoComm es una incógnita. Esto va cambiando debido a la colaboración entre la asociación de empresas española AFIAL e InfoComm. Hay un interés mutuo en fomentar los conocimientos de base del mundo audiovisual y del audio y sonido. Estos conocimientos no solo son técnicos, sino también comerciales, empresariales, etc. Hay algo para todos.

Así, si te sientes un poco pocho y parece que estás deslizandote hacía abajo para acabar cayendo al pozo del estancamiento profesional, busca y regálate un curso, o algo que te pueda devolver la motivación y las ganas de seguir adelante.

*autor James Woods