Para este acto, se utilizaron seis cañones de confeti Big Blaster que lanzaron al aire más de 100 kilos de confeti con los colores corporativos de la ACB (naranja y negro), dos Lanzadores Stadium Shots con serpentinas oro y plata de gran formato y una línea de veinte Power Shots con confeti y serpentina plata que estaba colocada en la trasera del podium y que fue disparado haciéndolo coincidir con el levantamiento del trofeo por parte del capitán del equipo.
Así, el campeón de este año, El Regal Barca, recogió la copa en medio de una fiesta de color y con el ya clásico We are the Champions, de fondo.