En el Festival Amore se rentabilizaron al máximo las posibilidades de entrada y salida integradas en la L500, ya que la consola estuvo trabajando en solitario, sin la concurrencia de los cajetines de escenario que normalmente la acompañan. En la consola existen en total solo 16 canales de entrada (ocho para cada uno de los actos principales) y tres canales de salida para el control del monitoraje en la cabina del DJ, y otros tres canales de salida (L_R y los Subs) en AES/EBU, que envían señal a los enormes equipos de sonorización utilizados para la ocasión. Los envíos para la televisión y las emisiones de radio se realizaron desde la matriz de mezcla de la L500.
El deseo de disponer de una consola con sonido analógico llevó a Saccomandi hasta la L500. “No necesitaba muchos canales; sin embargo, necesitaba una consola que funcionara a 96 kHz y que fuera sónicamente comparable a una buena consola analógica. La L500 encajaba a la perfección con estas premisas,” explica. “La transparencia y profundidad a lo largo de toda la cadena de sonido es asombrosa. Gran parte de mi trabajo se desarrolla dentro del terreno de lo música clásica y el jazz. Para futuros trabajos, me he prometido a mí mismo que utilizaré de nuevo una L500.”
Durante la celebración del festival, las ergonómicas prestaciones del interface de usuario de la L500 se revelaron como esenciales para Saccomandi. “Me gusta tener todo lo que necesito al alcance de las manos: canales de entrada, canales auxiliares, masters, etc., y con este interface todo es muy rápido e intuitivo,” afirma. “La L500 es tan flexible que no he encontrado nada que fuera imposible.”