El line array utiliza varios altavoces unidos entre ellos formando una columna vertical, y con una angulación progresiva entre ellos que hace que la forma de la columna se adapte a la de la grada. En términos acústicos toda la columna de altavoces se comporta como si fuera uno sólo. Este es el método más utilizado actualmente en la sonorización de eventos, sobre todo en los medianos y grandes. Las propiedades del line array hacen que se cree una onda cilíndrica en lugar de una esférica, y eso repercute en que se aproveche mejor la potencia de los altavoces a lo largo de la distancia. Concretamente, si con una fuente puntual la pérdida es de 6 dBs cada vez que se dobla la distancia, con un line array la pérdida es de 3 dBs, es decir, la mitad. Esta propiedad deja de cumplirse a partir de cierta frecuencia y hacia abajo, dependiendo del tipo de array y número de altavoces unidos, pero la norma es que se tiene mayor control de las frecuencias bajas a mayor número de cajas tenga el line array. Este es un factor importante a tener en cuenta si el espacio o el presupuesto no permiten una columna con suficientes unidades de altavoz, donde tal vez convendría sopesar un sistema de fuentes puntuales, en un lugar de un sistema de array.

Lo más estandarizado es colgar dos columnas en LR (a izquierda y derecha del escenario) para conseguir una mezcla en estéreo y buena cobertura en toda la grada, sin embargo se puede añadir otra pequeña columna colgada en el centro del escenario, llamada cluster central. En muchos espectáculos éste se usa solamente para la reproducción de las voces, con lo cual se obtiene mayor inteligibilidad; mientras que las columnas LR se encargan de la música.

Al line array se le pueden añadir o no altavoces de subgrave, capaces de reproducir las frecuencias más graves que detecta el oído humano. En teatro clásico y en algunos estilos de música tranquila o tradicional quizás sean prescindibles, pero son totalmente indispensables para trabajar con la mayoría de los estilos modernos. Los subgraves suelen ir colocados debajo de los line array, a veces escondidos debajo del escenario, aunque algunas marcas permiten colgarlos arriba del todo de la columna. Se puede utilizar cualquiera de las dos opciones o una combinación de ambas.

Finalmente, una vez establecido el sistema principal (PA + subgraves) se puede valorar la necesidad de añadir o no fuentes puntuales adicionales. En muchos teatros hay zonas del graderío que por construcción quedan fuera del alcance del sonido directo del line array, y una buena solución para conseguir un buen sonido profesional para teatros, con las calidades que se necesitan es cubrir esas zonas con altavoces individuales. También es habitual colocar un frontfill dedicado a cubrir las primeras filas, si la curvatura del line array no es suficiente para llegar a ellas.

Por otro lado, las músicas o efectos sonoros más subjetivos. Las que tendrán que soportar el peso de las transiciones entre escenas, las que acompañarán el texto y las que reforzarán una acción.

Todo este sistema de sonido deberá ser alineado en tiempo y fase, además de aplicar a cada elemento las correcciones de ecualización que sean necesarias. Esto lo realizará un técnico o ingeniero de sonido especializado en ajuste de sistemas que dejará esa configuración fija para todos los eventos. Es posible crear diferentes “presets” para adaptar el tipo de sonido a la actividad que se va a realizar, por ejemplo con más potencia de subgraves para música pop o rock, o realzando la inteligibilidad en el caso de las obras de teatro. 

En caso de emplear solamente fuentes puntuales para la sonorización del espacio, se procede exactamente igual, solo que las columnas de line array son sustituidas por altavoces simples. Este método es efectivo en teatros pequeños con buena resonancia, pero limita las posibilidades a la hora de trabajar con estilos de música fuertes tales como el rock impidiendo que se obtenga un sonido profesional para teatros acorde a las necesidades y los espacios a donde ha de llegar.

Sin embargo, lo que oyen los intérpretes no proviene del sistema de PA sino de los monitores de sonido. Esta parte es igualmente importante para que ellos se sientan a gusto y puedan realizar su función lo mejor posible. Por monitor se entiende un altavoz generalmente en forma de cuña que tiene una mezcla independiente de la de PA, por el que se oye no el resultado general del espectáculo sino lo que quiera la persona que está junto a ese monitor. También es cada vez más habitual el uso de sistemas de monitorización personal o IEMS (in-ear monitoring system) que son dispositivos inalámbricos con salida para auriculares. La principal ventaja de usar IEMS es la limpieza sonora en el escenario, ya que solamente lo oye quien lo lleva puesto; y también la movilidad del intérprete, que no queda condicionado por la posición de su monitor.

Tanto el sistema de PA como el de monitores de sonido se controlan mediante mesas de mezcla. Actualmente casi todas las mesas utilizadas son digitales porque permiten guardar y cargar configuraciones y además ocupan menos espacio que las analógicas.

Para poder realizar los espectáculos habituales que van a tener lugar en ellos y entregar el sonido profesional adecuado los teatros suelen tener una dotación de cableado y microfonía básica. Por ejemplo, un set para percusión, unos cuantos micrófonos estándar para voces e instrumentos, cajas de inyección y algún micrófono inalámbrico. Si un evento en concreto requiere de más material lo habitual es alquilarlo a una empresa audiovisual de los alrededores.