Laura Kriefman, reseñada como Creative Fellow de WIRED este año y residente en el studio Pervasive Media, contactó a Howard Eaton y Emma Chapman de Studio Three Sixty para iluminar su gala inaugural para la Crane Dance Bristol. Junto a la escenógrafa Lucy Osborne, tercer miembro en Studio Three Sixty, estos excelentes creativos han formado equipo por primera vez, presentando un proyecto con éxito entre la crítica.
Tras haberse visto varias veces en la situación de elegir la mejor luminaria para un presupuesto limitado, el especialista teatral Howard Eaton eligió una combinación de los eficientes proyectores P-5 y P-2. Estas luminarias resultaron el complemento perfecto para los casi 1000 metros de cuerda con chips LED utilizada sobre estas icónicas grúas situadas frente al museo M-Shed de Bristol.
Las grúas del Puerto, que normalmente actúan como luminarias fijas en el skyline de Bristol, volvieron a la vida en una rutina coreográfica exquisitamente iluminada y perfectamente sincronizada con la música. La Crane Dance Bristol dejó con la boca abierta a todos los asistentes y a los ciudadanos de Bristol, gracias a su combinación de barcos, coros, música en directo y grúas excelentemente iluminadas, que fueron operadas y restauradas por los ingenieros del Bristol M-Shed.
“Los P-5 hicieron un trabajo perfecto gracias a poder usarse en exteriores, mientras que el tamaño compacto de los P-2 nos permitió ubicar luminarias en áreas difíciles de acceder. Ambos washes funcionaron increíblemente bien”, comentó Howard Eaton.
Eaton y Emma Chapman iluminaron las grúas utilizando 18 unidades P-5 con lentes de 43º, 28 unidades P-2 también con lente de 43º y otros 34 P-2 con un ángulo más reducido de 21º. “Utilizamos el gran angular de los P-5 como luminarias nadir alrededor de la base y las patas más cortas, mientras que las lentes de ángulo más cerrado nos ayudaron a llegar con fuerza hasta las estructuras superiores, tanto las internas como las externas”, continúa.
“Al tratarse de aparatos RGBW no sólo puedes mezclar el color que desees; también tienes un blanco perfecto”. Para crear cierto suspense al inicio de la danza, se programó una transición lumínica desde un tono frío a otro más cálido, justo antes de que el show estallará con una erupción de color en la que las grúas se balanceaban por encima de la audiencia. Poco a poco, la luz de las grúas fue evolucionando hacia los siete colores de arcoíris, cambiando de arriba abajo en un ciclo constante.
Emma Chapman añade: “Habíamos visto los P-2 previamente y ya pensábamos que eran maravillosos. Estamos muy sorprendidos con semejante potencia, teniendo en cuenta lo pequeña que es la luminaria, y todo el control que ofrece para el cambio de color”.
“Cuando este proyecto se confirmó, pedirlos resultó la opción obvia gracias a su increíble potencia y la posibilidad de cambiar el ángulo de la óptica. De hecho, podríamos haber utilizado también la posibilidad de utilizar su efecto estroboscópico, pero nos pareció que ya sería demasiado. El mero hecho de que hayamos podido programar un “efecto rainbow” tan fluido en estos washes de SGM es fantástico”.
El montaje para el show de iluminación estuvo comandado por Nick Read y controlado de manera inalámbrica a través de una red City Theatrical y una consola ETC Element situada en el otro extremo del puerto. Todo el proyecto contó con el apoyo de Ian Kirby (SGM UK), que según Howard Eaton no podría ser más servicial a la hora de proveer los equipos. Una estadística bastante impresionante indica que en todo el evento (incluyendo luces, alimentación para las grúas y ensayos) se consumieron 2.4 KWh de electricidad.
Tras el éxito de la Crane Dance Bristol, el equipo de Mass Crane Dance ya está recibiendo el interés de diversas ciudades en todo el mundo para realizar un espectáculo similar, tanto para sus grúas de puerto, como para las múltiples grúas de construcción empleadas en las obras de distintos edificios.