Los MacBook han sido durante años una herramienta esencial para esos profesionales que se dedican al diseño, a la edición audiovisual o a cualquier otra actividad que requiera creatividad. La fórmula ganadora para que estos equipos ofrezcan el mejor rendimiento en estos entornos es una mezcla de hardware potente, software optimizado y un diseño elegante. Sin embargo, incluso estos potentes dispositivos, conocidos por su eficiencia, con el paso del tiempo empiezan a mostrar signos de lentitud en la ejecución de tareas habituales.
De este modo, al no ofrecer la fluidez que se espera de un dispositivo de estas características, se vuelve frustrante trabajar con ellos, especialmente cuando se trata de tareas críticas. Por este motivo, es una práctica muy recomendable medir cada cierto tiempo su rendimiento, especialmente si se ha notado recientemente que el equipo tarda más en arrancar o que las aplicaciones se congelan. Afortunadamente, hay herramientas en el mercado, como las que se presentan en este artículo, que ayudan a medir los principales parámetros.
¿Por qué un MacBook puede volverse lento?
Cuando un MacBook comienza a funcionar más lento de lo habitual, es importante identificar las causas subyacentes para tomar las medidas que sean necesarias que permitan optimizar su trabajo y recuperar su utilidad. En este artículo, se analiza cómo medir el rendimiento de un Mac y qué pasos se pueden seguir para mantenerlo en las mejores condiciones posibles.
En primer lugar, es preciso conocer que existen diversas razones por las que un MacBook llega a perder velocidad. Algunas de las más comunes son la falta de espacio en el disco duro, las aplicaciones que están trabajando en segundo plano, una desactualización en el software, la falta de memoria RAM o el sobrecalentamiento.
Para entender qué es lo que está afectando el rendimiento de un MacBook, hay que medir su desempeño. Entre las herramientas integradas que permiten monitorear el sistema de manera efectiva se encuentran el Monitor de Actividad, la Información del Sistema o las Pruebas de Rendimiento.
Consejos para mejorar el rendimiento de tu MacBook
Una vez que se hayan identificado correctamente los problemas están afectando al rendimiento del MacBook, hay que tomar las medidas apropiadas para optimizarlo y que vuelva a recuperar la agilidad habitual que caracteriza a estos equipos.
Entre las principales recomendaciones, se encuentran liberar espacio en el disco, procediendo a eliminar archivos innecesarios, así como vaciando la papelera y utilizando herramientas de limpieza para eliminar cachés y archivos temporales.
Asimismo, es necesario cerrar las aplicaciones que se encuentren trabajando en segundo plano, de manera que solo estén abiertas las que se necesiten en cada momento para no sobrecargar el equipo.
Otro aspecto esencial para que el rendimiento de los MacBooks no se vea afectado con el tiempo es actualizar el software de manera regular.
En ocasiones, también es necesario aumentar la memoria RAM con la intención de mejorar el rendimiento en tareas intensivas y que el equipo no tenga que utilizar el disco duro como memoria virtual, reduciendo por ello su velocidad.
Por último, hay que proceder a realizar una limpieza de hardware si el MacBook se sobrecalienta. En este caso, la solución es tan sencilla como limpiar los ventiladores y asegurarse de que el sistema de refrigeración funcione correctamente.