Sonamos lo que comemos, los técnicos FOH

técnicos FOH

Muchos lectores (técnicos y propietarios de empresas de sonido) que lean esta publicación, se verán claramente identificados, porque de siempre se ha dicho en nuestro mundillo “dime de dónde eres y te diré como suenas”, parece un chiste, pero nada más lejano.

Los que hemos tenido la suerte de trabajar en varios continentes y con técnicos FOH de distintas partes del mundo, sabemos perfectamente que más allá del estilo musical, dependiendo de dónde sean, traen “asumido” un estilo a la hora de enfrentarse a una mezcla de directo. No nos referimos a correcto o incorrecto, simplemente a la curiosidad del tipo de sonido final con sus matices, dependiendo de dónde sea el técnico. Más allá por supuesto de cómo influye el estilo musical que interprete la banda. No estamos comentando aquí estos detalles evidentes de la mezcla, sino a cuestiones como niveles SPL o al balance final de bajos.

Detalles por supuesto, que las empresas suministradoras de sonido suelen tener en cuenta, ya no solo al ofrecer el contrarider sino también a la hora del ajuste del sistema de PA, sabiendo con qué tipo de ajuste el técnico que venga a operar se va a encontrar más cómodo.

Así podemos comentar, por ejemplo, cómo el sonido de los técnicos FOH sudamericanos, suele ser un sonido con valores SPL bastante altos y mucha pegada en bajos, la mayoría de las veces es una mezcla que casi te hace entrar en trance y bailar sea cual sea el artista.

Siempre recuerdo una experiencia que viví siendo muy jovencito, cuando aún no soñaba con lo que después vendría, estando en Copacabana Brasil, en plena playa y en época de carnavales,  tumbado en la arena, de pronto se sentía la playa “vibrando” tanto, que creo que pensé que podría ser un terremoto o algo así, cuando poco después se empezó a escuchar un sonido de samba que provenía de un camión que se detuvo frente a la playa y que literalmente estaba “forrado” de una pared de altavoces por sus cuatro costados. Hoy en día sigo dándole vueltas a la cabeza, qué tanto tendría que sonar aquello para hacer vibrar la arena de la playa, …Por supuesto estar cerca de aquel camión, por algunos pocos minutos, significaría perder una gran parte de nuestra audición de por vida, hoy en día no lo permitirán, supongo… Pero el comentario creo que va como anillo al dedo, para dar un poco una idea de qué tan “contundente” suele ser el sonido de esas latitudes.

Sin embargo, en la América del “Norte”, en EE. UU. concretamente, el sonido suele ser un poco más bajo en SPL y gozar de una mezcla bastante limpia y ordenada. Esto me trae a la memoria algo que queda reflejado incluso en los riders de artistas norteamericanos y es la no menos curiosa intención de sobredimensionar el sistema de PA, aunque no sea la intención de utilizar todo “ese potencial”. Si que parece ser, que prefieren trabajar con una PA que no esté todo el tiempo “al límite”.

Crucemos ahora el charco…

El sonido en Europa tiende a ser un poco más “plano” y bastante más controlado en SPL. Si prestamos atención, incluso veremos cómo esto se ve reflejado en el “matiz sonoro” de las marcas según su origen, traspolando esto a la microfonía, notaremos por ejemplo, que un micrófono AKG o SENNHEISER en su gran mayoría suelen tener un sonido menos “colorido” que un SHURE.

Y hablando de Europa, hay un clásico del que estoy seguro de que habéis notado, aunque no se hayan detenido a prestarle atención y es cómo suenan las guitarras de los técnicos Italianos… ¿lo han notado? Sinceramente desconozco el motivo cultural por el que esto sucede, pero es absolutamente fantástico cómo les suenan las guitarras, ya no solo en el sonido de los directos, sino que, si escuchamos una producción discográfica, estos detalles quedan en evidencia. Tomen un momento para escuchar las guitarras en los discos de Zucchero o Eros Ramazzotti, por citar algunos ejemplos, y vean “lo grandes” que suenan esas guitarras, incluso las acústicas.

Suele pasar que en algunas giras que se hacen contratando técnicos de sonido LOCALES, algunas veces no hay “comodidad” entre la banda y los técnicos FOH de turno y esto es a menudo tan solo el resultado de atacar la mezcla de una determinada manera (más allá del estilo musical, eso está claro), me refiero a otro tipo de matices de la mezcla, que parece que vinieran en el ADN de las distintas regiones del planeta.

Otro detalle que me parece no menos curioso es cómo cambia la utilización de los efectos en la mezcla. Un rasgo que no notaremos en artistas en gira de los de “primera línea”, porque está muy claro que cada vez más los directos de esta “primera división”, suenan cada vez más idénticos a sus discos, lo cual daría para otra publicación completa. En mi humilde y personal opinión, prefiero que el sonido del directo cobre su propia esencia, sin tener que regirse al pie de la letra por el producto discográfico, evidentemente respetando ciertos parámetros referentes al estilo y en definitiva a lo que quiera el artista y su productor.

Si nos fijamos un poco en la utilización del reverb o el delay de bandas más pequeñas, que viajen con su técnico FOH, podréis notar cómo estos también parecen tener su particular ajuste y aplicación, ¿recordáis haber escuchado mucho delay en un concierto de una banda europea?, estoy casi seguro de que no, …Tan solo como detalle muy puntual, pero no mucho como recurso en casi todos los temas.

Insisto en que lo que estamos comentando hoy, tiene únicamente el objetivo de ponernos un momento a pensar en la “curiosidad” de los matices en nuestro mundo del sonido profesional. Es como si habláramos de platos picantes o sin él, eso no quiere decir que una buena pasta italiana no esté buenísima, todos los chefs del mundo preparan comida exquisita, al igual que todos los técnicos del planeta nos hacen disfrutar muchísimo con su trabajo en un concierto.

Ponernos a los mandos de una mesa de sonido profesional para nosotros técnicos FOH, es un momento para el que no tenemos palabras suficientes que expresen lo que sentimos, siempre les digo a mis alumnos que lo que hacemos es “arte”, como si pintáramos un cuadro, nuestros pinceles son los faders de la mesa y con ellos creamos arte, cada uno utiliza sus “especias” para condimentar como mejor le parezca, allí está la magia…

Gabriel Cedrés técnico de FOH

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