El mundo está en crisis, (¡la Argentina, mi país, ni les cuento!) pero bueno eso ya lo sabemos, no es ninguna novedad. El tema es que salí hoy de mi casa pensando en eso, en las crisis. Justo leí que las crisis no existen verdaderamente sino que son algo que uno mismo se crea, o que la sociedad crea. Y obviamente descreí de ello, me dije, las crisis SI existen, Argentina vive en crisis y yo vivo en Argentina, entonces sé claramente lo que es una crisis. Sudamérica vive en crisis… España está en crisis… el mundo está en crisis… entonces no había argumento válido que respaldara la teoría de que el hombre genera sus propias crisis.
Busqué la definición de crisis en el diccionario, y decía algo así: “cambio importante en el desarrollo de un proceso que da lugar a una inestabilidad, a un cambio que puede producir un empeoramiento o una mejoría.”*
No quise quedarme con la definición de la real academia, entonces busque su etimología griega, que curioso irme a Grecia en este momento, y encontré, aunque lo recordaba de haberlo estudiado alguna vez, que su origen viene de la palabra “Krisis” que significa “decisión”, “juicio” u “oportunidad”, conceptos completamente “neutros”, que no tienen ninguna connotación negativa.
Me quedé pensando y la idea me daba vueltas en la cabeza y me preguntaba como afectaba esta crisis mundial, generada psicológicamente o real, al teatro y a mi labor como escenógrafa. PUFF… encontré miles de formas en que la afecta: la gente no va al teatro, entonces no paga la entrada, los trabajadores teatrales tienen mal humor, no se puede comprar materiales, ni equipamiento, las cosas se terminan a último momento, los honorarios son más bajos, en fin, miles de formas que se unen en un mismo punto, el presupuesto. Entonces y como para no deprimirme demasiado y pelearme con el sistema, pensé en como hago para trabajar en crisis, si en definitiva estoy acostumbrada porque es parte de mi cotidianeidad. Claro, pero la que es parte de mi cotidianeidad es la crisis económica, no puedo aplicar, del todo, la etimología griega de decisión o juicio, pero sí la de la real academia que dice cambio. Y pensé en como produzco, como diseño, durante ese proceso de cambio.
Mis presupuestos nunca son muy elevados, entonces me las rebusco para poder hacer lo que quiero, lo que imagino, lo que deseo, con menores costos. Es ahí donde mi imaginación se pone a prueba, es un constante ponerse a prueba. Entonces pienso en cómo puedo resolver, como puedo hacer, como puedo producir con la mitad del presupuesto que tomaría este diseño. No me pregunten como, pero lo hago. Pienso una idea, la vuelvo a pensar, la repienso y otra vez la vuelvo a pensar; después pienso en cómo hago para que parezca lo mismo a la vista del espectador y gastar la mitad, entonces investigo materiales, a veces nobles, siempre menos costosos y otras veces hasta menos dañinos para el medio ambiente. Reciclo elementos de viejas escenografías que hay en los teatros, uso sus materiales de modo que esos materiales digan lo que quiero que digan y no lo que dijeron. Me las rebusco, como quien diría.
Todo es entrenamiento, todos es aprendizaje. No con esto digo que soy más o menos creativa que otros, posiblemente lo soy bastante menos, pero estoy entrenada, es como ir al gimnasio… En un viaje que hice a Europa, a estrenar un espectáculo en un festival, se admiraban que pudiera producir lo mismo con menos. Yo por dentro pensaba no es ni cerca lo mismo, si tuviera la plata que tienen ustedes no tienen idea lo que haría!! Pero después de reflexionar pensaba que si tuviera el presupuesto que tenían ellos jamás podría hacer lo mismo porque no estoy acostumbrada, trabajaría con lo mismo, o sobrecargaría el espacio o me apabullaría de pensar que tengo tanto dinero. Entonces es aprender, es entrenarse, si tuviera mucho, la primera vez no sabría qué hacer, la segunda ya un poco mejor y la tercera me gastaría todo. Ahora es al revés, yo no tengo presupuesto y cada vez tengo menos, se recorta en cultura porque no es negocio, entonces cada vez fuerzo más mi imaginación para poder hacer mejores cosas con menos dinero.
Entonces ahí sí puedo aplicar el concepto de crisis griega, lo puedo ver como una oportunidad, como una oportunidad de aprender a trabajar con menos y hacer que rinda más; como una oportunidad de forzar mi imaginación al máximo cada vez; como una oportunidad de… no sé…
Creo que estoy haciendo catarsis, otra vez los griegos y su teatro.