3. Parte. Caracteristicas senso-perceptivas del sonido 5.1

En la comunicación radiofónica

3. Parte. Caracteristicas senso perceptivas del sonido 5.1
4. Memoria auditiva

Comprender como funciona la memoria auditiva humana ayuda a conseguir una de las claves del proceso comunicativo. Para ello, es necesario observar los sonidos que nos rodean, ya sean palabra, música, efectos o silencio; todos están incluidos en un ambiente sonoro constante que cambia conforme cambia el propio paisaje sonoro. De aquí podría surgir la siguiente pregunta: ¿en alguna ocasión, al finalizar un día, se ha intentado recordar todos aquellos sonido que de forma consciente o inconsciente se han ido percibiendo a lo largo del mismo? La respuesta casi con absoluta seguridad será de carácter negativo, exceptuando algún ejercicio deliberado. ¿Y qué se recuerda mejor, las palabras, las músicas, los efectos, el silencio, los sonidos ambientales, los que están en primer término, en segundo, los de mayor intensidad, los de menor, los que se dirigen a nosotros, los que se dirigen a alguien próximo, los que van dirigidos a alguien desconocido, los mensajes delicados, los agresivos, los alarmantes, los que nos afectan directamente, los que no nos interesan, los que nos obligan, los aleatorios, los cargados de sentimiento, …? He aquí una serie de factores dignos de consideración. Lo cierto es que nuestra memoria auditiva es capaz de almacenar y gestionar datos referidos a tonalidades, texturas, intensidades, distancias, timbres, inflexiones, curvas melódicas, ritmos, datos referentes a espacios, movimientos, cualidades físicas, psíquicas, y un sin fin de variables igualmente importantes. Resulta llamativo observar que seamos capaces de identificar miles de ambientes sonoros específicos, cientos de timbres de voces e instrumentos musicales, sonidos propios de vehículos, de animales, etc. Como dato constatado, se destaca el hecho de que personas que tienen dificultades para memorizar un documento de dos páginas, sin embargo, son capaces de almacenar y recordar las letras de cientos de canciones. En definitiva, nuestra memoria auditiva es un enorme almacén gestionado por un sistema logístico altamente eficaz. A este respecto, Trout y Rivkin recogen una serie de investigaciones que confirman que la mente trabaja a través del oído y no de la vista: “en muchas formas, el oído es superior a la vista. Lo que se quiere decir es que existen estudios controlados en laboratorio que demuestran que cuando se presenta una lista de palabras a la gente, y dicha presentación se realiza auditiva y visualmente, la gente recuerda más las palabras si las oye que si las ve” (Trout y Rivkin, 1996: 93-95).

Según Rodríguez Bravo (1998: 225), en la memoria auditiva se van acumulando formas-patrón que constituyen un amplio muestrario que orientará nuestra manera de escuchar, organizar, seleccionar e interpretar las mezclas de sonido que provienen de nuestro entorno. Dicha capacidad memorística está sumamente relacionada con la experiencia individual de cada persona, ya que aquella facilitará notablemente los procesos de asociación y reconocimiento de las formas sonoras. No obstante, la asociación de los mensajes almacenados respecto a los nuevos estímulos será más efectiva si existe una cierta correspondencia estructural sonora. Esto es, de los tres formatos aquí mencionados: mono, estéreo o 5.1, éste último es el que verdaderamente consigue las relaciones espaciales que se dan en los ambientes sonoros reales, facilitando a sus mensajes tanto el almacenamiento como su recuperación.

Rodríguez Bravo entiende que:
“en la memoria auditiva de cualquier persona está presente la experiencia de una asociación inmediata y lógica entre el alejamiento o acercamiento de las fuentes sonoras y la intensidad de los sonidos que emanan de ellas. También es habitual recordar la relación que existe entre los movimientos laterales de las fuentes sonoras y la sensación de direccionalidad del sonido, o la asociación entre el volumen del lugar donde se encuentra la fuente sonora y la sensación de reverberación” (Rodríguez, B., 1998: 225).

En definitiva, la experiencia sonora de cualquier persona guarda una estrecha relación con ambientes captados por un tipo de escucha omnidireccional, lo que significa que el proceso de identificación y recuperación de los datos almacenados en la denominada memoria auditiva, reaccionará principalmente ante determinados estímulos por simple asociación o reconocimiento.

5. El sonido 5.1 como motor del ejercicio imaginante

De la percepción, pasando por la memoria, se llega a la imaginación. Según Costa (1992), transformamos percepciones e impresiones en representaciones mentales, por tanto, se puede decir que la imaginación es la facultad de la mente para producir y formar combinaciones originales de imágenes en la memoria, utilizando los recuerdos y experiencias del pasado. En otras palabras, es la facultad por la que una persona percibe los elementos del entorno virtual y los interpreta como reales. La imaginación, al igual que la memoria, ayuda a interpretar los estímulos que excitan los sentidos y generan la percepción.

Respecto a la capacidad imaginativa del ser humano, Luria (1980:172) entiende que existen dos tipos de imaginación:

  • Imaginación reproductora: referida a la experiencia pasada,
  • imaginación creativa: referida a procesos novedosos puramente creativos.

Se podría decir que la imaginación creativa mantiene un nexo con la realidad, con las experiencias vividas, siendo en cierto modo el punto de partida de muchos de los procesos de su construcción. A su vez, todo mensaje radiofónico debería lograr una cierta complicidad imaginativa por parte del receptor, pero como complemento controlado, ya que de lo contrario se corre el riesgo de perder la identificación deseada. Es decir, que se debería buscar una participación del receptor bien a nivel puramente cognitivo -activar la imaginación del receptor-, o bien a nivel implicativo -toma de contacto-. En sentido lógico, ha de existir proximidad entre la representación que del mensaje debe hacer el receptor y la pretendida por el comunicador, ya que cuanto mayor coincidencia se consiga, mayores serán las posibilidades de lograr una verdadera eficacia del mensaje.

En relación a lo expuesto hasta el momento, cabe plantearse la siguiente pregunta: ¿consigue la comunicación radiofónica actual excitar la imaginación? A nuestro juicio se evidencia en ella una cierta rutina que deriva en una falta de excitación multisensorial. Es limitada, reiterativa y muy plana. Deja bastante indiferente al receptor, sólo busca exponer su discurso y no ofrece un valor añadido a la recreación imaginativa. En buena medida, parte de la responsabilidad de esta ausencia de excitación de la imaginación se debe a la pobre instrumentación que del sonido se hace. Continuamente se articulan mensajes basados en la misma estructura -esto es perfectamente comprobable con un simple análisis cuantitativo-: una o varias voces principales de características tonales genéricas; una música a modo de fondo que la mayoría de las veces en poco ayuda al buen entendimiento y fijación de los valores pregnantes del mensaje; una serie de efectos utilizados siempre con carácter descriptivo y mucho, mucho texto. Parece que interesa más decirlo todo que activar la parte imaginante del receptor. Por otro lado, tenemos el aspecto de la forma, el cómo envolver el contenido, cómo significar el mensaje mediante la estructura sonora. El sonido por sí mismo despierta la evocación y el reconocimiento de la realidad. No se debería olvidar que la realidad permite lo irreal, y gracias a un conocimiento de lo real se puede desarrollar lo imaginario. Alonso C. (2004: 155) entiende que el realismo del mensaje es vital para la gestión imaginativa del receptor:
el decorado sonoro que aparece en el mensaje y que se envía al oyente debe evocar el marco en que se desarrolla la acción a que se alude. No puede tratarse de un componente sonoro más, sino que debe estimular al sujeto receptor para que cree en su imaginación el decorado más eficaz y atractivo.
Esto es en esencia el sonido 5.1, una aproximación al realismo en estado puro, el posibilismo de lo imaginativo en su máxima expresión.

CONCLUSIONES

  • Desde el aspecto del proceso cognitivo, la comunicación radiofónica en mono o estéreo es incapaz de trasladar a sus contenidos la naturalidad de nuestro entorno sonoro cotidiano. Se puede decir que los sistemas mono y estéreo generan una escucha viciada que contribuye a un falseamiento de la realidad. Se desaprovecha así el poder evocador del sonido envolvente 5.1, capaz de captar las sensaciones de los entornos sonoros utilizando el sonido ambiental como elemento de refuerzo expresivo. Los contenidos radiofónicos construidos con sonido 5.1, al proporcionar una mayor familiaridad con los ambientes, provocan un mayor grado de identificación, esto facilita la estructuración del mensaje y por tanto la recuperación de la información.
  • Al producirse una estimulación sonora de entorno global de alta precisión fuera de su entorno natural, se consigue un refuerzo automático en la impresión mental o huella que dicho mensaje provoca en el receptor. Por ello, una de las singulares características sensoriales del sonido 5.1, es su capacidad de ambientación inmersiva o globalizadora, que permite situar al receptor del mensaje como posible eje central de la acción, proporcionándole la impresión de que en torno a él se suceden todos los acontecimientos -circunstancia absolutamente inviable con los sistemas mono o estéreo-. Esto incide directamente en el proceso de captación atencional, logrando que mensajes que en otros sistemas pasarían desapercibidos despierten, con el 5.1, el interés gracias a la forma sonora.
  • Permite una extraordinaria asociación multisensorial, por lo que consigue una mejor asociación con la experiencia acumulada en las distintas realidades de cada individuo, aumentando así la relación afectiva con el mensaje sonoro y logrando una mayor respuesta emocional. Facilita la consecución de sensaciones espaciales próximas a la realidad y una más completa relación sinestésica. Potencia la estimulación, la fantasía, la imaginación, facilita la memorización y la creación de imágenes visuales. Y por supuesto, gracias a su movilidad espacial, dota de gran credibilidad al mensaje consiguiendo un elevado realismo y una mayor intensidad expresiva.
  • El mensaje radiofónico con sonido 5.1 invoca en mayor medida a la memoria auditiva profunda. El cerebro guarda todos los momentos sonoros de nuestras vidas, por lo que el sistema 5.1 es capaz de reconstruir las escenas y los recuerdos gracias a su mayor capacidad de lograr el contexto asociativo. Una de las principales cualidades innatas del sistema 5.1, es su capacidad para facilitar la comprensión y asimilación del mensaje.
  • Desde un punto de vista puramente narrativo, el sistema 5.1 proporciona:
  • Un espacio sonoro de 360º, lo que permite generar escenarios inmersivos.
  • Múltiples ejes de acción y localizaciones.
  • Acciones independientes y simultáneas desde cualquier punto del campo de escucha.
  • Una perfecta recreación del espacio sonoro.
  • La multiperspectiva. El 5.1 permite una casi perfecta construcción de la profundidad espacial y componer diferentes perspectivas sonoras.
  • Variar el punto de escucha y por tanto, variar el protagonismo tanto de los actores de la narración como de los receptores de la misma. Esto posibilita una interdependencia plena entre a narración y la funcionalidad espacial de los receptores.
  • Facilitar la estructuración del mensaje, su claridad, concreción y su mayor comprensión.
  • A lo largo del presente artículo, estimamos que se han expuesto razonamientos lo suficientemente válidos como para considerar que los mensajes radiofónicos construidos con 5.1 son más identificables, asociables, creíbles y comprensibles, gracias a esa correspondencia con las experiencias sonoras personales de nuestra vida cotidiana. Además, existe la prueba empírica de que los estímulos sonoros reconstruidos y recreados de forma más realista facilitan el recuerdo, siendo más fácilmente recuperables que los de carácter más abstracto, los cuales resultan menos identificables.7

BIBLIOGRAFÍA CITADA

  • ALONSO, C. (2004). El Canto de las Sirenas, Salamanca, Universidad Pontificia de Salamanca
  • COSTA, J. (1992). Imagen pública, Madrid, Fundesco.
  • GUSKI, R. (1987). Wirkungen unerwünschter Geräusche, Berna, Verlag Hans Huber, (ed. esp. El Ruido, efectos de los sonidos no deseados, Barcelona, HERDER, 1989).
  • LURIA, A. R. (1980). Los procesos cognitivos, Barcelona, Fontanella.
  • MOLINÉ, M. (1996). La comunicación activa, publicidad sólida, Bilbao, Deusto.
  • MUSCARSEL, M. C. (1988). El mundo sonoro, Madrid, CEPE.
  • PINILLOS, J. L. (1999). Principios de Psicología, Madrid, Alianza Editorial.
  • RODRÍGUEZ, A. (1998). La dimensión sonora del lenguaje audiovisual, Barcelona, Paidós.
  • ROSS, R. (1974). Persuasion: Comunication and interpersonal Relations, New Jersey, Prentice-Hall, (ed. esp. Persuasión, México, Trillas, 1978).
  • SÁNCHEZ CID, M. (2006). Capacidad Comunicativa del Sonido Envolvente 5.1 en la Producción Publicitaria Radiofónica en España. No editada.
  • SÁNCHEZ FRANCO, M. J. (1999). Eficacia Publicitaria, Madrid, McGrawHill.
  • TROUT, J., RIVKIN, S. (1996). The new positioning, London, McGraw-Hill, (ed. esp. El nuevo posicionamiento, Madrid, McGraw-Hill, 1997).
  • VERNON, M. D. (1973). The Psychology of Perception, Penguin Books, (ed. esp. Psicología de la Percepción, Buenos Aires, Paidós, 1973).
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7 Se remite al experimento de laboratorio realizado por Manuel Sánchez Cid en su tesis doctoral. “La Capacidad Comunicativa del Sonido Envolvente 5.1 en la Producción Publicitaria Radiofónica en España” Cap. V. , en el que queda sobradamente acreditada la eficacia comunicativa de los mensajes radiofónicos construidos con sonido envolvente 5.1 frente a los construidos mediante los formatos mono y estéreo.