En esta ocasión, nos fue imposible la asistencia al ensayo del espectáculo de la Compañía Nacional de Danza que había de protagonizar este 7º Encuentro. Unos acontecimientos, ajenos a nuestra asociación, dieron lugar a que fuera tomada la decisión de realizar a puerta cerrada los ensayos de la compañía. El pasado 27 de mayo de 2014, Nicolás Fischtel, hubo de exponer el trabajo en el que él había participado, sin la importante ayuda que ofrece su visionado en directo. No obstante supo solventar con eficacia esta carencia con la muestra de videos, planos y su palabra cualificada y amena.
Nicolás Fischtel es un iluminador de gran prestigio. Muy conocido en el mundo de la danza – habiendo trabajado con Nacho Duato y muchos otros coreógrafos importantes- también apreciado en el teatro y zarzuela. Iluminador residente en el Teatro Sanpol desde 1986. Ganador de diversos premios, fue nominado a los Max en 1999 por “Chicago” y obtuvo el premio Josep Solbes en 2006 y 2008.
Tras la presentación por parte de nuestro también compañero el iluminador Óscar Gallardo, Nicolás tomó la palabra. Y comenzó mostrando su apoyo a los bailarines y técnicos de la CND, ante sus problemas laborales. Seguidamente pasó a hablarnos de su trayectoria. Nacido en Chile, reside en España desde los nueve años. Hijo de padre actor y madre periodista y también dedicada al teatro, recuerda como de niño correteaba por los escenarios. Continuó refiriendo su gusto por la música, que le llevó a tener su propia empresa de sonido con unos amigos en los años de la movida. Tuvo que dejar el sonido profesional al tener problemas en el oído. Así que fue a Londres a buscarse la vida. Y allí encontró la que sería su verdadera profesión: la Luz. Admitido en la RADA se formó en el diseño de la iluminación escénica. Tuvo la posibilidad de llevar proyectos a cabo, así como de elegir un mentor. Éste fue nada menos que el maestro Francis Reid. Después obtuvo una beca para la Universidad de Yale donde estudió con Jennifer Tipton. A su regreso a España y a través de Tipton, fue llamado a trabajar con Nacho Duato en la CND. Fue director técnico de la misma desde 1991 hasta 1996. Después se ha dedicado como freelance a danza, teatro, zarzuela, musicales…
Seguidamente nos habló de las características del montaje que la CND ha presentado en el Teatro Real. El programa estaba constituido por cuatro coreografias. Cada pieza con coreógrafos e iluminadores diferentes. Él iluminó la primera, “Allegro Brillante” de Balanchine. En este tipo de espectáculos el problema surge al tener que hacer cuatro iluminaciones totalmente independientes entre sí, pero que sin embargo deben de realizarse en el mismo escenario y seguidas en el tiempo. Por ello era necesario partir de un mismo plano donde se construía un ambiente general estándar (cuatro zonas -sin necesidad de definir el centro- cuatro parejas de calles y laterales altos en puntas y medias varas) con dos colores, más los cambios de color (scroller) en los contras. A esto se le añadían los puntuales para cada espectáculo y los HMI de 2,5 Kw que precisaba uno de ellos. Así como el panorama en dos tonos de azul (R-80 y L-161) retroiluminado desde arriba y desde abajo.
“Allegro Brillante”, coreografía muy clásica, debía iluminarse con mucha luz, y en especial mucho brillo, sin que molestase a los bailarines en sus giros. Para ello las calles no se exceden en intensidad y el brillo viene desde arriba, laterales altos de las puntas y mitad de vara. Domina el espacio la inundación azul del panorama con el intenso azul primario R-80. En el “paso a dos” la luz se hace algo más íntima y baja un poquito. Nicolás utilizó cañones de seguimiento sobre los bailarines principales, no evidentes sino con gran sutileza, luz difusa, casi imperceptibles.
La segunda pieza, “Delibes suite” fue iluminado por el propio coreógrafo, Jose Carlos Martinez, director artístico de la CND. Muy sencillo: al alzarse el telón sólo hay luz en el panorama, retroiluminado desde abajo. Los bailarines se siluetean en el contraluz. Poco a poco crece la luz y se hace el ambiente general. Así permanece hasta el final.
En la siguiente pieza “In the middle somewhat elevated”, pudo verse el estilo peculiar creado por el coreógrafo William Forshyte. Luz a un tiempo minimalista y poderosa: seis HMI de 2,5 Kw (dos por vara) en posición de contra. Se encienden de golpe a través de unas cortinillas al principio de la coreografia y se apagan también de golpe al final de la pieza. El espectáculo finaliza. No hay más. Una gran piscina de luz con el brillo de las HMI. El suelo resplandece y reverbera generando una fuente de luz secundaria. Gracias a las lentes fresnel, los bordes son difusos, se crea un “halo” de oscuridad. Los bailarines entran y salen de la inundación de luz. La luz principal es de contra, el rebote desde el suelo actúa de relleno.
La última coreografía “Casi-casa” de Mats Ek, utiliza un lenguaje muy teatral. Varios objetos sobre el escenario: un sillón, una puerta, una caja de luz… con algún movimiento de inclinación. Un tic-tac, y una luz que fluctúa desde calle delineando el suelo dan inicio al número. Este misterio de claroscuro, con una estrecha zona en torno al sillón más la caja de luz, se mantiene largo rato. Después, la zona se amplía con la dramaturgia coreográfica. Los objetos parecen tomar vida con los bailarines y con la luz. Se usan otros artificios: humo desde la caja de luz y un plafón como una luna.
El evento terminó con un amplio debate en el que tuvo la gentileza de participar Ángel Palomino, jefe técnico de iluminación del Teatro Real. Hubo multitud de preguntas, se habló largo y tendido. Quiero resumir lo que allí se dijo entre todos con una frase tan sencilla como sabia que repitió Ángel con toda razón: “Hay que llegar al montaje con los deberes hechos”.
Pau Ferrer (A.A.I.)
Video completo del encuentro :