El diseño del sonido para las cuatro corrió a cargo de Paul Groothuis, que utilizó consolas digitales de Yamaha y sistemas de mezclas digitales de la serie DME para contribuir a garantizar el éxito de la temporada.
Las cuatro obras fueron, por orden de producción, Flare Path de Terence Rattigan; Rosencrantz y Guildenstern han muerto de Tom Stoppard, La Tempestad y, por último, El León en Invierno de James Goldman. Diseñar un sistema de sonido que se adaptara sin problemas a un triángulo amoroso de la segunda guerra mundial, a una comedia del teatro del absurdo, a una obra de Shakespeare y a un drama navideño del siglo XII era un reto, especialmente por la necesidad de micrófonos inalámbricos, desde cero hasta 24.
“A partir de mi experiencia trabajando en el Teatro Nacional, diseñé un sistema estándar “tipo repertorio” para música, efectos, etc., con diferentes componentes añadidos, dependiendo de los requisitos de cada producción,” afirma Paul.
Este sistema, suministrado por Autograph Sound, consta de una Yamaha DME64N para el control de altavoces, que direcciona el sonido a un sistema interno de altavoces Meyer, JBL y d&b. Si necesidad de ningún micrófono inalámbricos, el resto del sistema para Flare Path consta de una consola Yamaha DM1000VCM para los efectos en el escenario. La consola estaba equipada con una tarjeta de interfaz ADAT MY16-AT, para dar cabida a 16 canales de música en QLab, instalada en un par de ordenadores Macintosh.
Por el contrario, Rosencrantz y Guildenstern han muerto era una producción mucho más compleja, con 24 canales de micrófonos de inalámbricos Sennheiser. Para ello, Paul instaló una consola de mezclas Yamaha PM5D, colocada en la posición habitual para el sonido de sala. Esta disposición se mantuvo para La Tempestad, que incluía mucha música y añadía bandas musicales a la mezcla. Finalmente, para El León en Invierno, Paul recuperó la misma disposición de la DM1000VCM utilizada para Flare Path.
“Dos de las más cosas más importantes son la fiabilidad del sistema y retirar el menor número de butacas posible,” afirma Paul. Flare Path y El León en Invierno no necesitaban micrófonos inalámbricos para los actores, había bastante música pero no se cantaba en directo. Así, podíamos hacer el espectáculo con la consola del escenario. La disposición de las otras dos producciones era necesariamente más compleja y necesitaba un punto de mezclas para el sonido de sala, por lo que la PM5D era la opción ideal para retirar el menor número de asientos posibles, a la vez que se seguía ofreciendo todo lo necesario para el diseño de sonido.”
Otro factor clave en una temporada teatral, como señala Paul, es el factor de la familiaridad. “Veo los espectáculos desde el punto de vista del operador, porque lo fui durante muchos años,” afirma. “El “idioma” Yamaha se nota todos los productos: una vez que sabes cómo funcionan, sabes bastante bien cómo utilizarlos todos. “Por supuesto, las consolas de Yamaha se utilizan tan ampliamente porque tienen la ventaja de resultar familiares para muchos operadores,” añade. “Son muy sencillas, no requieren mucha formación y son tan versátiles que puedo hacer lo que quiera con ellas.”
“Para una temporada como esta, utilizar las consolas de Yamaha ha sido una decisión inteligente porque el operador no tiene que aprender de nuevo a utilizar la mesa cuando se pone otra consola, por ejemplo, cuando se cambia de Flare Path a Rosencrantz y Guildenstern y de La Tempestad a El León en Invierno.
Como usuario de Yamaha durante mucho tiempo, Paul ha utilizado las mesas en una gran variedad de producciones, con diseños de sonido de los que han disfrutado muchos miles de aficionados al teatro.
“He utilizado todas las consolas digitales para profesionales de Yamaha desde el principio,” afirma. “Ya en 1995 utilicé las ProMix01 en A Little Night Music y desde entonces siempre he utilizado equipos Yamaha. Tengo que ser flexible a la hora de colocar la mesa porque hago dramas y musicales, y con Yamaha sé exactamente lo que tengo entre manos.”
Las cuatro obras de la temporada cuentan con algunos de los nombres más conocidos del mundo de la interpretación, como Ralph Fiennes, Sienna Miller, Robert Lindsay y Joanna Lumley, y todas han cosechado un enorme éxito que se ha traducido en que se hayan mantenido en cartel más tiempo del previsto. Tanto cuando se trataba de llevar al público el estruendo de un escuadrón de Lancasters como si se trataba de la complejidad del dialecto de Shakespeare, las consolas de Yamaha han desempeñado también su papel.
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